Detrás de las Emociones: Explorando el Trastorno Bipolar
El Trastorno Bipolar se distingue por la alternancia entre episodios maníacos y depresivos, impactando a aproximadamente un tres por ciento de la población global, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que en Chile serían alrededor de medio millón de personas.
Se trata de una condición mental que provoca cambios notables o extremos en el estado de ánimo. Los momentos de tristeza y depresión pueden intercalarse con fases de excitación y actividad intensa, así como con períodos de irritabilidad y mal humor.
Los síntomas de este Trastorno varían según el tipo de trastorno bipolar y su relación con otras afecciones. Se pueden clasificar, además, en manías e hipomanías (fase de exaltación, euforia y grandiosidad) y depresión (tristeza, inhibición, ideas de muerte), o, como también se les conoce: fase maníaca y fase depresiva.
Tipos de Trastorno Bipolar
Trastorno Bipolar I: Experimentar al menos un episodio maníaco, que puede estar precedido o seguido por un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor. En algunos casos, la manía puede llevar a una desconexión de la realidad, conocida como psicosis.
Trastorno Bipolar II: Experimentar, al menos, un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, sin haber experimentado nunca un episodio maníaco.
Trastorno Ciclotímico: Durante al menos dos años (o un año en el caso de niños y adolescentes), experimentar numerosos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos, aunque estos últimos son menos graves que en la depresión mayor.
Otros Tipos: Esto incluye el trastorno bipolar y los trastornos relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, así como aquellos debidos a enfermedades como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular.
Factores de Riesgo del Trastorno Bipolar
Entre los factores de riesgo más relevantes se encuentra la herencia (genética), considerada por muchos especialistas como la más importante. Según la Guía Clínica AUGE, el riesgo de desarrollar Trastorno Bipolar en hijos de padres con este trastorno, es cinco veces mayor respecto a grupos sin antecedentes familiares.
Por otra parte, este mismo estudio explica que, como posibles influencias ambientales y externas se encuentran las complicaciones obstétricas, infecciones virales intrauterinas, anomalías del neurodesarrollo en la infancia, estilos de paternidad/apego, trauma psicosocial y uso de drogas alucinógenas.
Asimismo, la influencia más importante sobre la etiología de las enfermedades mentales ocurre temprano en la vida, antes del inicio de la enfermedad, por ejemplo, en la adolescencia y adultez temprana.
Cómo identificar y diagnosticar el Trastorno Bipolar
Según estudios del Ministerio de Salud en Chile, a lo largo de la vida, los pacientes con Trastorno Bipolar experimentan más episodios depresivos que maníacos; debido a esto, los pacientes que tienen cuadros depresivos con frecuencia requieren evaluación e investigación de los síntomas actuales o pasados de manía, hipomanía o mixtos.
Además, la alta carga genética asociada a este Trastorno indica que la presencia de un familiar de primer grado con Trastorno Bipolar se debe considerar un factor importante a analizar en la primera consulta con los especialistas de salud.
El diagnóstico del Trastorno Bipolar puede ser complejo, sin embargo, la evaluación clínica cuidadosa -indagando en historia de manía o hipomanía- el uso de cuestionarios de screening y los Instrumentos de Tamizaje, resultan relevantes para un diagnóstico completo y, por ende, un tratamiento personalizado y seguro.
Tratamientos para el Trastorno Bipolar
La intervención farmacológica tiene claros beneficios en el Trastorno Bipolar, sin embargo, los especialistas explican que, por sí sola, es insuficiente para lograr una adecuada recuperación funcional. Es por ello que aconsejan que el tratamiento sea personalizado y multimodal, es decir, que combine aspectos biológicos y psicosociales.
El objetivo del Tratamiento es disminuir y controlar factores emocionales y ambientales que provoquen inestabilidad; dígase malos hábitos de sueño, uso y abuso de sustancias nocivas, consumo indiscriminado de antidepresivos, efectos secundarios de otros medicamentos, entre otros.
Los medicamentos utilizados para tratar el Trastorno Bipolar se dividen en varios grupos como los Estabilizadores del estado de ánimo (Carbamazepina, Lamotrigina, Litio); los Antipsicóticos (Rispyl 1 mg) , Quetiapina, Aripiprazol); Antidepresivos, Antidepresivo-Antipsicótico (Fluoxetina, Olanzapina); Medicamentos para la Ansiedad.
El tratamiento para el Trastorno Bipolar requiere paciencia y mucho estudio, porque algunos medicamentos demoran en hacer efecto (semanas o meses); por lo que es de suma importancia seguir estrictamente las indicaciones del médico, evitar modificaciones bruscas en las dosis y, sobre todo, no automedicarse.
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